La evaluación implica un proceso continuo de reflexión sobre el trabajo desarrollado, con el propósito de orientar y diseñar más adecuadamente las acciones futuras. “La evaluación es un proceso, no es un momento puntual más o menos relevante y trascendente, que se fundamenta en el conocimiento de la práctica a través de la sistematización de información y el debate entre actores diversos de esa práctica…” (Observatorio Internacional de la Democracia Participativa). Poner énfasis en la participación es una de las formas más seguras de conseguir evaluaciones útiles, aceptadas y aplicables. Son un instrumento de aprendizaje ciudadano e institucional, útil para aprender de la práctica y desarrollar las capacidades necesarias para tomar buenas decisiones.